Cineastas y colectivos vinculados al ámbito de la producción audiovisual de diversas regiones cuestionan la ley de cine aprobada por el Congreso

24/6/2024

La norma define “incentivos económicos y fiscales, para fomentar las actividades cinematográficas y audiovisuales” en el país.  

El Departamento Académico de Comunicaciones y la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación han emitido un pronunciamiento manifestando su profunda preocupación por la aprobación precipitada e insuficientemente consultada, sin un debate amplio, por parte del Congreso de la versión consolidada de los proyectos de ley 3258, 5206, 5903, 6112, 6291, 6684 y 7697. Estas iniciativas legislativas modifican significativamente el marco legal que regula la actividad cinematográfica en el Perú. Esta decisión legislativa podría tener repercusiones importantes en el desarrollo y la promoción del cine nacional, así como en la preservación de la diversidad cultural y artística del país.

Para el Mg. Joel Calero, director, guionista y docente de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación, considera que la nueva ley de cine aprobada por el Congreso es peligrosa para el cine peruano pues, bajo la formulación de que los proyectos fílmicos promovidos por el Ministerio de Cultura no deben contravenir la "defensa nacional, la seguridad o el ordenamiento jurídico", introduce la figura de la censura. 

Calero sostiene que esta censura busca prohibir que el cine peruano financiado por el Estado aborde ciertos temas y periodos de la historia cuya representación pueda resultar incómoda o amenazante para el gobierno de turno. Esta medida podría ser vista como anticonstitucional, pues afecta la libertad de expresión consagrada por la Constitución, un cuerpo de leyes que este Congreso intenta modificar a su conveniencia.

Calero menciona que la censura está contenida en el artículo 13, referido a la promoción del cine regional. Se pregunta si esta medida es un error involuntario o si revela la presunción de que el cine incómodo y vinculado a la memoria es el que se produce en las provincias, es decir, desde los márgenes del país. Además, señala que las trabas al financiamiento, especialmente para los proyectos de cine regional, constituyen un ataque al logro más notable de la cinematografía peruana de la última década: la consolidación del cine regional. Este cine, producido en las provincias y muchas veces en lenguas originarias, valora las singularidades sociales y culturales de las regiones.

Así mismo, opina que estos filmes no podrían ser realizados bajo el nuevo marco legal, el cual restringe su financiamiento. Considera que esta medida puede estar influenciada por un sesgo racista y clasista presente en el proyecto inicial de la congresista Adriana Tudela, que criticaba la discriminación positiva en los concursos regionales y buscaba reducir el financiamiento al cine peruano al 50%.

Por último, Calero destaca que el financiamiento del cine y la cultura vuelve a depender del Ministerio de Economía y ya no del Ministerio de Cultura, lo que pone en riesgo no solo el financiamiento de las películas, sino también el sistema de ayudas al audiovisual peruano, incluyendo los estímulos a la formación, cruciales para los jóvenes egresados de las carreras de comunicación audiovisual en todo el país.

En la misma línea, Marllory Quio Valdivia, productora y activista nacida en Pucallpa, integrante de la Asociación de Cineastas de la Amazonía Peruana (ACAPE), nos compartió hace unos meses su experiencia y opinión sobre la importancia del financiamiento para el cine regional. Quio Valdivia relata que, para acceder a estudios universitarios, tuvo que optar por una carrera no relacionada con el arte. Sin embargo, su vocación la llevó a integrarse a la Escuela de Cine Amazónico, promovida por Fernando Valdivia, Katty Quio, Carlos Marín y Tania Medina. Este proyecto se materializó gracias a fondos brasileños, que ayudaron a sus integrantes a financiar cortometrajes documentales amazónicos en 2014.

A pesar de las dificultades económicas, Quio Valdivia continuó su formación como realizadora. Considera que los fondos públicos son imprescindibles, ya que sin ellos el cine peruano seguiría siendo centralista, protagonizado por quienes pueden obtener financiamiento privado. Para la cineasta pucallpina, los fondos públicos no solo contribuyen a la producción de cine, sino también a otras fases como la preproducción, la postproducción, la distribución, así como a la formación en cine. Este apoyo es esencial para escuelas y universidades que buscan generar una red académica y creativa en este campo.