El futuro efecto de la "Ley Tudela" en el cine peruano

21/4/2025

Con 71 votos a favor, 37 en contra y 4 abstenciones, el pasado 2 de abril, el Congreso de la República aprobó por insistencia la llamada Ley de Cine, proyecto presentado por la congresista Adriana Tudela en el 2023.

La propuesta lanzada por la parlamentaria de Avanza País, había sido observada por el ejecutivo en julio del 2024; sin embargo, ha sido aceptada por insistencia por el parlamento. El "Proyecto Tudela", como ha sido bautizada esta ley, fija nuevas restricciones para el apoyo y subsidio que brinda el Estado a los proyectos cinematográficos y establece que este aporte no puede superar el 50% del costo que se realice en la producción del material audiovisual y en la etapa de pre producción.

A partir de ello, Carmen Rosa Vargas, directora de la carrera de Audiovisuales en la PUCP, mencionó lo siguiente:

"Esta ley lo único que hace es censurar y para eso se está poniendo un decreto tu urgencia. Ellas engañan a la opinión pública tanto la congresista Tudela como la congresista Juárez engañan descaradamente haciendo creer que los artículos que ellos están citando son artículos que están poniendo en esta nueva ley cuando es mentira".

De acuerdo con la directora de carrera, esta ley significa un retroceso cultural al no darle el reconocimiento necesario al cine y aludir que es un gasto innecesario. Además, hace hincapié a que futuros proyectos de nuevos cineastas probablemente ya no puedan ser realizados por no tener acceso al presupuesto requerido y solo quienes cuenten con respaldo económico podrán participar, lo que llevará a un sesgo y limitará la diversidad de voces, llevando una narrativa controlada.

Joel Calero, director de la película "La piel más temida" y profesor en la Facultad de Comunicaciones, se refirió a la ley de esta manera:

"Esta nueva ley de cine -que, es importante recordar, ha sido promovida originalmente por los congresistas Tudela, Cavero, Chirinos y otros- va a generar que, en lo inmediato, se estanque de golpe el desarrollo creciente que venía teniendo el cine peruano, porque ese nuevo requisito de que los proyectos fílmicos, al postular, tengan el 30% del presupuesto ya obtenido es una exigencia absurda que va en contra de los procedimientos usuales de cómo se financia el cine mundial y las industrias culturales, donde el primer apoyo lo da siempre el país de origen.

Concretamente, fondos internacionales de apoyo a la cinematografía como IBERMEDIA, World Cinema Fund u otros exigen que, para apoyar económicamente un filme, se disponga ya de una parte importante del presupuesto para que ellos, con esa confianza, completen el financiamiento. Ese primer aporte -como se infiere- lo debe proveer el país de origen; en este caso, el Perú. Ahora -con esta exigencia de disponer ya del 30%- se va a caer en un círculo vicioso: dentro del Perú, no se apoyan las películas porque no tienen esa parte del presupuesto. Y estas mismas películas no pueden conseguir apoyos internacionales porque no tienen los recursos primeros que tendría que habérselos dado el Perú. De esta manera, esta ley cumplirá su propósito de asfixiar el cine peruano hasta extinguirlo.

Si alguien dijera que no hay necesidad de ese financiamiento internacional pues la compañía productora debe invertir ese 30% o debe conseguirlo de financiamientos privados o auspicios locales, estaría, otra vez, incurriendo en la ignorancia fáctica pues no hay ninguna película peruana artística que, en los últimos 15 o 20 años, haya conseguido ese supuesto apoyo de empresas privadas y, obviamente, las empresas cinematográficas peruanas no disponen de ese dinero. Las únicas empresas que pueden aportar o conseguir auspicios son aquellas pocas que se dedican al denominado cine comercial -comedias y cine de terror, sobretodo- que responden a otros propósitos que no son los artísticos o culturales, sino estrictamente los del mercado".