Desde hace varias décadas cineastas peruanos desarrollan grandes esfuerzos para concretar sus proyectos audiovisuales. Lo hacen en un contexto nacional e internacional muy competitivo y adverso para países como el nuestro. Hacer cine siempre ha representado para las y los creadores una forma de visibilizar culturas, contextos, historias individuales y colectivas. En este sentido, el apoyo estatal mediante fondos públicos es de suma importancia para la concreción de proyectos cinematográficos gestados en diferentes regiones del país.
Al respecto, Sofía Velásquez, cineasta y docente de Comunicaciones, explica que los fondos concursables son destinados no solo para la producción de películas, sino también para formación, asesorías y entrenamiento, alternativas para suplir la inexistencia de una escuela nacional de cine o de una cinemateca pública, como sí las hay en diferentes países de América Latina.
Agrega que a pesar de los limitados recursos a los que tienen acceso los creadores y creadoras, se han desarrollado iniciativas y proyectos de formación en cinematografía. Sofía tuvo la oportunidad de participar como tallerista en una Residencia Artística para mujeres emergentes en el cine, organizada por la Asociación Cultural Rueca de Puno, llamada Hilando Miradas. Esta iniciativa fue posible gracias al fondo de la Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios (DAFO) y al valioso aporte de las mujeres que diseñaron e implementaron el proyecto.
Sofía comprende que puedan existir películas que no llenen salas o que no tengan el éxito esperado en los festivales. Sin embargo, considera que más allá de los premios que se puedan obtener, el cine es una forma de construir y visibilizar identidades. Añade que así como en el deporte se entiende muy bien la palabra "semillero", se debería entender lo mismo en el ámbito del cine. Sostiene que el arte y la cultura no se pueden traducir en dinero. Se traducen en talento, en visibilidad ante los otros países, en fortalecimiento de las diferentes naciones existentes en un país. Es un trabajo a largo plazo. Señala que deberíamos invertir en ciencia, educación y también en arte. Los fondos públicos destinados al cine peruano, que en muchas ocasiones son el sustento primordial para que un proyecto pueda realizarse, deberían ser más significativos y otorgarse de forma descentralizada y equitativa.
Por su parte, el docente y cineasta Mauricio Godoy recuerda que en el año 1994 se promulgó la Ley de Cinematografía Peruana (No 26370) para brindar apoyo económico no reembolsable a través de concursos anuales a la industria cinematográfica. Dicha norma fue aprobada luego de que en 1992, una ley interrumpiera los esfuerzos por desarrollar una industria cinematográfica peruana.
Agrega que si bien existen leyes que apoyan el cine desde inicios de la década del 90, siempre hubo, a la par, una lucha constante por lograr que el apoyo público sea significativo para la industria. Sostiene que, en su momento, la Comisión Consultiva Nacional de Cinematografía (CONACINE) libró una dura batalla para hacer que el financiamiento estatal sea más vigoroso.
La formación del Ministerio de Cultura, que asimiló al CONACINE, y la creación de la DAFO, generaron tiempo después estabilidad para la producción audiovisual y cinematográfica, ya que todos los años se ejecuta el monto total asignado a los concursos.
Mauricio Godoy agrega que a partir del Decreto de Urgencia 022-2019, se ha triplicado el monto destinado a la producción cinematográfica y a la gestión cultural en general, que incluye la preservación del acervo audiovisual y cinematográfico, la investigación y formación en carreras audiovisuales. Hace particular hincapié en que los fondos no solo se orientan a la industria cinematográfica, sino también a las artes escénicas, artes visuales, música, el libro y el fomento a la lectura con la finalidad de promover una amplia diversidad de expresiones culturales.
El profesor y director de cine Alberto “Chicho” Durant coincide con las ideas expuestas por sus colegas y resalta el camino promisorio que construyó el Decreto de Urgencia 022-2019 con el cual el cine peruano empieza a recibir fondos de manera regular para incentivar la actividad cinematográfica.
Asimismo, nos recuerda que el cine es arte y cultura y que, al igual que el Decreto de Urgencia en nuestro país, en 1930, cuando Hollywood empezó a copar las pantallas del mundo, los países europeos respondieron con leyes a favor de sus cinematografías buscando contrarrestar la influencia que los filmes norteamericanos ejercían sobre la identidad cultural. Y es que el cine, como se mencionó anteriormente, es una espacio de expresión y fortalecimiento de la identidad y de la cultura, y los países buscan fórmulas legales que faciliten acceso a los fondos públicos para animar la producción y exhibición del cine nacional.