
El 10 de octubre, tras la vacancia de la expresidenta Dina Boluarte, el entonces presidente del Congreso asumió la presidencia de la república hasta el 28 de julio de 2026. Desde su llegada al cargo, la comunicación del nuevo mandatario se ha caracterizado por una constante presencia en medios, un uso activo de las redes sociales y una participación directa en operativos policiales para desarticular bandas de extorsionadores, entre otras acciones.
El profesor Luis Olivera destaca que Jerí mantiene un contacto más directo con la ciudadanía y responde a la prensa, a diferencia de su antecesora, lo que habría contribuido a que su aprobación alcance, según algunas encuestas, el 49 %. Sin embargo, advierte que el presidente atraviesa un “periodo de gracia”:
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Por su parte, la pasante postdoctoral Lucía Nuevo recuerda que, durante su etapa en el Congreso, Jerí impulsó leyes controvertidas, como la ley en materia de crimen organizado —que limita la persecución de la corrupción al exigir la presencia de un abogado en los allanamientos—, la ley que excluye a los partidos políticos de responsabilidades penales y la ley de colaboración eficaz, cuestionada por reducir los plazos en casos complejos.
Nuevo también señala que en enero de 2025 Jerí fue denunciado por violación sexual y posteriormente recibió una orden de tratamiento psicológico por impulsividad y conducta sexual patológica. Además, sus redes sociales reflejan un historial de actitudes sexistas y misóginas. Como presidente, protagonizó un escándalo por seguir y compartir contenidos de la industria para adultos y publicar mensajes de tono machista. A esto se suman acusaciones por enriquecimiento ilícito y sobornos.
A pesar de estos antecedentes, Jerí ha logrado mantener un nivel de aprobación relativamente alto y ha sabido aprovechar su periodo de no impopularidad para consolidar apoyo ciudadano. No obstante, su principal desafío continúa siendo la inseguridad, una de las mayores preocupaciones del país.
En esa línea, el profesor Olivera advierte:
Comunicar no es gobernar, pero es imprescindible para gobernar bien. Hay los que comunican y no gobiernan, esos son los demagogos, populistas, oportunistas. Entonces es clave que JJO aproveche estos dos meses para, sobre la base de su no impopularidad, convoque gente capaz que, de pronto, le dijeron que no en un primer momento y ahora estarían dispuestos a colaborar.
La doctora Nuevo coincide en que la percepción juega un papel crucial en la política, pero advierte que las acciones deben acompañar el discurso:
