Marisol Castañeda es docente y Presidenta de Calandria, Asociación de Comunicadores Sociales fundada por Rosa María Alfaro. Precisamente la reseña con la que participó en esta edición es sobre la mencionada comunicadora y educadora, a quien admira por los aportes realizados durante su trayectoria y por las cualidades que la caracterizan.
El libro está disponible para descarga aquí.
Rosa María en su labor profesional, y hasta ahora como persona, se caracteriza por una labor docente. Reflexionar y hacer reflexionar, salir de la zona de confort implica una mirada divergente, ir más allá de lo evidente. Seguidora de Norbert Lechner, pensaba que los grandes cambios se daban siempre en lo cotidiano, por ello la dimensión sociocultural estuvo presente en su labor de investigadora. Para criticar primero hay que comprender, para luego proponer, fue casi un método para el diseño de estrategias de comunicación. Esta enseñanza es muy actual, acostumbrados a criticar la cultura política de los peruanos, nos olvidamos que comprender a los sujetos en su integralidad, en su tiempo y espacio, en sus demandas, temores y expectativas, sigue siendo la primera lección para pensar y hacer comunicación.
En lo personal, Rosa María es y fue muy exigente. La capacidad para transgredir, la pasión y tenacidad para cuestionar y remecer nuestra práctica, era un reto constante. Al final aprendes que la ética, el desempeño y la calidad profesional, depende de uno. Pero tan importante como elegir un buen trabajo es elegir de quien aprendes.
¡Cómo se construye la opinión?, siempre ha sido una de las grandes preguntas. La experiencia nos dice que la información es importante pero no determinante. En los estudios de medios encuentras por ejemplo, que algunos oyentes o televidentes no consumen una emisora o televisora para informarse, sino para ratificar la opinión que ya tienen. La opinión no viene solo del análisis, de la razón sino de los temores, prejuicios y expectativas, que es otra forma de razonar. El derecho a la libertad de opinión y expresión no puede o no debe ser censurada. Sin embargo, la opinión y expresión encuentran su limite cuando dejan de serlo, para convertirse en mentira, calumnia, discriminación, incitación a la violencia, entre otros. Identificar los límites es un desafío de la democracia y la construcción de ciudadanía.
Considero que entender la comunicación como diálogo y relacionamiento es fundante para el enfoque de comunicación para el desarrollo de Calandria. En esa línea podríamos decir que una característica central es la investigación acción, no es posible diseñar estrategias de comunicación sin investigación de públicos, ni tampoco ver la comunicación en si misma. La mirada multidisciplinaria y sistémica de la comunicación nos hace mirarla de manera estratégica. En la línea anterior considero que tres ejes de sus planteamientos teóricos son importantes:
a) La relación entre cultura y comunicación, prestarle atención a los procesos socioculturales de la comunicación, al conocimiento del público desde una mirada integral, es parte del enfoque de la comunicación que no requiere el apellido intercultural, porque la comunicación real ya es intercultural. Ver la cultura no solo como lo identitario y las manifestaciones culturales sino también como sistema de creencias, percepciones y prejuicios, los cuales comprender y dialogar.
b) La potencialidad educativa de la comunicación. Rosa María estudió educación, su segunda especialidad fue comunicación. Por ello la relación entre educación y comunicación es central, en diálogo con los autores de la época como Paulo Freire. En Calandria se maneja posteriormente una línea de intervención de edu-entretenimiento que orienta no solo la producción de materiales sino la intervención de espacios públicos desde ferias y caravanas con esta perspectiva.
c) La relación entre comunicación y política, encuentran su engarzamiento en la comprensión de lo público, no como algo predefinido sino un espacio a construir. La apuesta por hacer políticas de comunicación que orienten la comunicación con la ciudadanía desde los gobiernos, la necesidad de medios públicos no del Estado, la necesidad de impulsar agendas públicas ciudadanas que ingresen al ámbito político, da lugar a impulsar procesos de incidencia público-políticas que trasciendan el lobby y el advocacy, y más bien tengan al ciudadano como protagonista.
Hay apuestas vigentes aún, el fortalecimiento del rol de los medios en la democracia y el desarrollo sigue siendo una apuesta. La recuperación de la relación con el público ha tenido a lo largo de los años varias rutas: a) el periodismo cívico o ciudadano, b) el cumplimiento de la ley de radio y tv, c) la ética y calidad periodística, d) la vigilancia en los medios.
Creo que no hay una sola ruta, y los cambios no solo deben darse desde la mejora en la calidad de la oferta mediática sino también desde la calidad de la demanda ciudadana y allí el rol del ciudadano es central. Asumir la comunicación como un derecho ciudadano es una tarea de educación mediática. En esa labor estamos, desde el Observatorio de medios que no solo es para observar sino para incidir en cambios en los medios desde la acción ciudadana.